El equipo de GoMultiplayer ha tenido la oportunidad de jugar y analizar ‘Shadow Arena’, el Battle Royale de Pearl Abyss, creadores del MMORPG Coreano Black Desert Online, e inspirado en este mismo. En un mercado saturado de Battle Royale, Shadow Arena consigue aportar un estilo diferente que consigue hacer que destaque del resto de sus competidores.
LAS SOMBRAS LLEGAN AL CAMPO DE BATALLA
En su momento, nos sorprendió el anunció de Shadow Arena. Lo último que esperábamos es que Pearl Abyss se lanzase a la aventura de crear un Battle Royale inspirado en su MMORPG Black Desert Online. No obstante, sentimos curiosidad por el mismo: con los mismos gráficos y jugabilidad que su MMORPG, apuntaba maneras para destacar un mínimo en el mercado tan explotado como es el de los Battle Royale.
Las partidas tienen capacidad para 50 jugadores, un número inferior al del resto de Battle Royales que hay en el mercado. Si bien esto a priori es algo bueno, la realidad es que sentimos que ese número debería de verse incrementado de cara a futuro y de lo que hablaremos un poco más adelante, cuando nos centremos en su mapa.
Respecto a modos de juego, Shadow Arena dispone de varios: práctica contra bots, partida normal y partidas clasificatorias en las que, además de subir de nivel, podremos ir mejorando nuestra clasificación y enfrentarnos con jugadores más acordes a nuestro nivel. Como es natural, os recomendamos que, si no estáis acostumbrados al género de Battle Royale o no habéis tenido la oportunidad de jugar a Black Desert Online, practiquéis durante un par de horas al modo contra bots para haceros con los diferentes personajes y mecánicas del juego.
UNA JUGABILIDAD YA CONOCIDA
En el primer momento que entramos a nuestra primera partida contra bots, el juego se nos hizo extremadamente familiar. Shadow Arena bebe mucho de Black Desert Online y no es para menos: si bien el mapa se nos hace conocido, el manejo del personaje es exactamente el mismo que en el MMORPG: la misma manera de movernos, atacar, etcétera. Por lo que la adaptación a Shadow Arena se nos hizo bastante sencilla, si bien tuvimos que ir probando los distintos personajes para encontrar con el que más a gusto nos sentíamos.
Nos encontramos ante un Battle Royale del tipo hack n’ slash en el que saber en qué momento atacar a nuestro adversario puede suponer ganar o perder el combate. Mientras que con el ratón controlamos la cámara y nuestros ataques (clics del ratón), nos moveremos y usaremos nuestras habilidades con el teclado. Es importante estar atento a nuestro entorno, dado que, en el momento menos esperado, otro jugador (¡o NPC!) podrá atacarnos por la espalda e infringirnos daño crítico.
Si sois jugadores habituales de Black Desert Online o en su defecto le habéis dedicado un par de horas, tendréis bastante facilidad para adaptaros a la jugabilidad de Shadow Arena. Sin embargo, si nunca habéis tenido la oportunidad de probarlo, puede que tardéis unas cuantas partidas en haceros a los controles, la cámara, movimiento del personaje, etcétera. Y aún así, hemos notado una diferencia abismal entre jugadores que han pasado muchas horas en Black Desert Online y los que llevan un par de horas con Shadow Arena. Es por eso que insistimos: si nunca habéis jugado, practicad en el modo contra bots.
Dentro del juego, cada personaje cuenta con un set de habilidades único. Estas habilidades se pueden desbloquear y mejorar a medida que obtengamos puntos de experiencia eliminando a enemigos NPCs, de los cuales hablaremos más adelante. Así mismo, durante el transcurso de la partida iremos encontrando equipamiento para volvernos más poderosos, así como objetos que nos aportarán ciertas utilidades, como la posibilidad de recuperar vida.
LOS JUGADORES NO SON TUS ÚNICOS ENEMIGOS
Hay un elemento clave en Shadow Arena que lo diferencia del resto de Battle Royales y es su modo JcE (jugador contra entorno) integrado en el JcJ (jugador contra jugador). Cuando saltamos por primera vez al campo de batalla en forma de espíritu oscuro, notaremos que a nuestro alrededor hay gran cantidad de enemigos: NPCs que están dispuestos a hacer que alzarnos con la victoria sea algo más complicado.
A medida que avancemos por el mapa, vamos a encontrar muchos de estos enemigos, ya sea en solitario o en grandes grupos, como suele ser habitual. Nosotros, como jugadores ansiosos por la victoria, tendremos que ir acabando con todos y cada uno de estos enemigos. Tras derrotarlos, obtendremos puntos de experiencia para mejorar nuestras habilidades, así como distintos cofres que nos otorgarán desde equipamiento (armadura, armas) a objetos útiles como pociones, que nos ayudarán a recuperar vida cuando estemos en un momento crítico.
Si bien la mayoría de los enemigos caerán con un par de golpes, en ciertos momentos de la partida el sistema nos avisará de que se ha avistado a un enemigo de elite. Marcado en el mapa, cualquier jugador podrá aventurarse a acabar con la vida de este enemigo para, a cambio de salir victorioso, conseguir equipamiento y bonificaciones más poderosas que las que encontrarían en los enemigos normales. Se trata de una situación de mucho riesgo, pero de alta recompensa, dado que todos los jugadores restantes en la partida conocerán la localización del enemigo de elite, por lo que podrán tender emboscadas a los jugadores que se lancen al combate sin antes reconocer el terreno y asegurarse que no hay ningún otro jugador esperando a abalanzarse sobre ellos cuando se encuentren en su momento más débil.
El equipamiento de nuestro personaje tiene diferentes niveles de rareza, desde el equipamiento más básico hasta el legendario. Cada uno nos aportará diferentes estadísticas que nos ayudarán a lo largo de la partida. Si bien los diferentes enemigos nos pueden soltar equipamiento de diversas rarezas, cuando acumulemos tres objetos del mismo tipo y rareza (por ejemplo, tres yelmos verdes) podremos combinarlos para crear un objeto de categoría superior y por lo tanto, mejorar aún más a nuestro personaje. Por eso, la clave está en acabar rápidamente con el mayor número de NPCs en nuestro camino para equiparnos antes que nadie con lo mejor. Eso sí: el equipamiento no es el elemento que definirá nuestra victoria. Por muy bien que vayamos equipados, si el enemigo es más hábil con su personaje que nosotros, si solo hacéis clic con la intención de eliminarlo mágicamente de la partida, posiblemente acabemos muriendo y volviendo a la sala de espera. La habilidad es crucial para hacerse con la victoria en Shadow Arena.
Siempre que paseéis por el mapa u os mováis a una nueva posición, recordad mirar constantemente a vuestro alrededor en busca de otros jugadores. De vosotros dependerá empezar una pelea con ellos o esperar pacientemente a conseguir mejor equipo para futuras batallas.
UN MAPA ENORME
Los gráficos de Shadow Arena son sencillamente increíbles, preciosos en todos sus aspectos, de una calidad abrumadora. Poco podemos contaros en este aspecto si habéis jugado a Black Desert Online, pero para quienes no lo hayan hecho, os avisamos de que os vais a encontrar con un juego que es hermoso. Y para nuestra sorpresa, el rendimiento del mismo ha sido espectacular, sin ningún bajón de cuadros por segundo en ningún momento.
El mapa se nos hace extrañamente familiar pero aun así, nos encanta. En Shadow Arena contamos con un mapa bastante extenso con mil y un lugar para visitar, con cientos de puntos de interés que nos otorgarán varios bonificadores o nos pedirán que completemos ciertos desafíos con antelación.
Si bien consideramos que el mapa es bastante grande, hemos tenido muchas veces la sensación de estar en un mundo vacío, si no fuera por la cantidad de NPCs que encontramos en todos los puntos del mapa. Si los eliminásemos de la ecuación, tardaríamos un par de minutos en encontrar a un jugador, especialmente si hemos decidido alejarnos de ellos lo máximo posible para centrarnos en conseguir y mejorar equipamiento. Incluso hemos tenido partidas en las que solo hemos encontrado a jugadores (casi más de la mitad de los 50 posibles) en el círculo final, lo que se traduce en una batalla épica a la par que apoteósica.
VARIOS HÉROES, VARIOS ESTILOS DE JUEGO
Como si del MMORPG se tratase, Shadow Arena rescata parte de las clases jugables de Black Desert Online y las trae a este nuevo juego. Y sinceramente, esto es algo que agradecemos en demasiada. Cada personaje tiene su propia clase, por lo que su set de habilidades es único y distinto, lo que proporciona al jugador varias opciones para encontrar un estilo de juego que se adapte a ellos: desde personajes a distancia para pelear de forma más “segura” a guerreros cuerpo a cuerpo que lo dan todo en combates de corta distancia.
En la actualidad, Shadow Arena cuenta con un plantel de más de diez héroes. Cada personaje cuenta con un aspecto único que no se puede modificar de ninguna manera, es decir: si el personaje es femenino, no podrás cambiar su sexo. Cada personaje dispone de un aspecto que nos permite cambiar su apariencia dentro del juego. Estos aspectos se pueden conseguir en la tienda dentro del juego o como recompensar por ser parte de Twitch Prime, dado que recientemente han lanzado un aspecto exclusivo para todos aquellos que formen parte de este servicio.
No todos los personajes están disponibles gratuitamente. De hecho, los jugadores tendrán que ir desbloqueándolos a medida que juegan o bien, optar por la vía rápida: comprándolos con dinero real. El proceso de obtenerlos sin invertir dinero es algo tedioso, especialmente si sois de esa clase de jugadores que prefiere cambiar de clase cada poco tiempo. Es por eso que os recomendamos que probéis a todos en el modo contra bots antes de elegir a quien desbloquear primero.
CONCLUSIÓN
Nos encontramos ante un Battle Royale que destaca en ciertos aspectos del resto de sus competidores, pero nos hacemos la eterna pregunta: ¿era necesario otro juego más de este género tan explotado? Lo cierto es que Shadow Arena aporta un toque de aire fresco que se agradece, especialmente con el añadido del JcE y la variedad de héroes de los que dispone, por lo que si estáis buscando un Battle Royale diferente, con variedad de clases y habilidades, este es vuestro juego.
